Hoy toca retirar nuestro auto de alquiler para emprender este recorrido por el Norte de España. Con mariposas en la panza de tanta emoción, tomamos el metro hasta la agencia AVIS y después de los trámites de rigor nos entregaron un hermoso y cómodo Hyundai Kona que sería nuestro compañero de viaje por unos 11 días.
Debo decir que me ilusionaba y a la vez me daba un poco de miedito manejar fuera de mi país. Si bien lo había hecho ya en Grecia, fue por las islas que tienen poco tráfico y son muy pequeñas. Así que arrancó conduciendo Marcelo y fue así que las autopistas españolas me aterraron y nunca quise tomar el volante jaja, tal vez si Marcelo se hubiera cansado de manejar lo habría hecho, pero por suerte no tuvo ningún problema y pude evitar someterme a tanto stress 😆
Hoy teníamos dos destinos en mente: San Sebastián y Hondarribia. Decidimos ir primero a Hondarribia, para poder pasar la tarde en la playa, y allí fuimos a unos 120 kms. de Bilbao para comenzar nuestro día número 7 por España.
Hondarribia es una ciudad que está en el límite con Francia, separadas apenas por el Río Bidasoa. Es parte de la provincia de Guipúzkoa, cuya capital es San Sebastián.
Entramos a su casco histórico por la Puerta de Santa María, una de las antiguas entradas a través de la muralla, y caminamos sus callecitas hasta la Plaza de Armas, pasando por la Iglesia de Nuestra Sra. De la Asunción del Manzano.
Puerta de Santa María |
Iglesia de Nuestra Sra. De la Asunción del Manzano |
La Plaza de Armas es sin dudas la postal más llamativa y más conocida de Hondarribia, con sus casas de colores, sus postigos de madera y sus fachadas con malvones. En la misma, el Parador de Turismo “El Emperador”, un hotel elegante emplazado en el antiguo castillo de Carlos V que data del siglo X.
Plaza de Armas |
Una parada para mates con una espléndida vista al río y otra caminata por la Plaza Gipúzkoa o Plaza de las Cadenas, para terminar bordeando la marina y poner rumbo nuevamente a nuestro coche.
Plaza de Guipúzkoa o de las Cadenas |
A sólo 20 kms. de Hondarribia se encuentra San Sebastián, con su famosa Playa de la Concha, una inmensa bahía donde aprovechamos a almorzar y hacer nuestra primera inmersión en las heladas aguas del mar Cantábrico. Por suerte el día estaba caluroso y pudimos recuperar nuestra temperatura corporal para seguir viaje jaja
Playa de La Concha |
La playa ofrece unas magníficas vistas del Monte Urgull y el Monte Igueldo. Más tarde recorrimos el Ayuntamiento (antiguo casino de Donostia), la Basílica de Nuestra Señora del Coro con su bello pórtico rococó y la Iglesia de San Vicente.
Ayuntamiento de San Sebastián |
Basílica de Nuestra Sra. del Coro |
Iglesia de San Vicente |
Pero el premio mayor a la arquitectura es sin lugar a dudas la Iglesia Catedral del Buen Pastor, sede de la diócesis de San Sebastián, de estilo neogótico. Impresiona el mobiliario de su capilla mayor, sus coloridos vitrales y por supuesto, el órgano tubular que es uno de los más grandes de Europa.
Catedral del Buen Pastor |
Organo de la Catedral del Buen Pastor |
Camino al Monte Igueldo, nos encontramos con el Peine del Viento, un conjunto de 3 esculturas de acero de 10 toneladas de peso cada una, incrustadas en la roca, realizadas por Eduardo Chillida sobre una obra arquitectónica del arquitecto vasco Luis Peña Ganchegui.
Peine del Viento |
Elegimos subir al Monte Igueldo en Funicular. Nos dijeron que en auto se cobraba estacionamiento y si íbamos a pagar, preferimos hacerlo para una subida un poco más autóctona y pintoresca. Las vistas de la bahía de la Concha y la ciudad de San Sebastián son majestuosas!
Monte Igueldo |
Antes de regresar a Bilbao, hicimos una parada en Zumaia, más específicamente en los acantilados de Flysch, para conocer la Ermita de San Telmo, escenario de la película “8 apellidos vascos” cuyos acantilados son realmente de película, con una antigüedad estimada de entre 60 y 80 millones de años!!!
Ermita de San Telmo |
Acantilados de Flysch |
Debo decir que esta parada demoró nuestro regreso e hizo que se nos hiciera de noche en el camino. Para colmo de males se largó una lluvia que dificultaba la visión y nos perdimos varias veces a pesar (¿o por culpa de?) el GPS, pero creo que las vistas realmente lo valieron.
Por suerte y pasados los momentos de nerviosismo, llegamos sanos y salvos a Bilbao, felices de nuestro día y sin saber que a partir de ahora el viaje sería cada día más maravilloso!!!!
VIDEO DEL DIA 7
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