domingo, 26 de marzo de 2023

España Norte: Dia 11: Santillana del Mar y Cuevas de Altamira

Hoy el día arrancó nublado. De camino al parking para buscar nuestro vehículo, volvimos a pasar por el Centro Botín para hacerle unas fotos. Es tan grande que los ángulos son casi imposibles para que entren ambos edificios de forma completa, pero sin dudas es llamativo.


Su peculiar forma, obra del arquitecto Renzo Piano, asemeja a 2 enormes parlantes, aunque a mí me parece sacado de una película de ciencia ficción, donde dentro de esos edificios futuristas caminan seres de otro planeta… bueno… no podrán decir que no tengo imaginación!

Hoy tenemos un corto viaje, de poco menos de 30 minutos, hasta el municipio de Santillana del Mar, la villa que se denomina “de las 3 mentiras” porque no es ni Santa, ni llana, ni tiene mar, aunque pudimos comprobar que solamente una de sus mentiras es verdadera (vaya paradoja), la de “llana”, ya que tanto para llegar a ella como para recorrerla, hay cuestas y descensos permanentes.


Así que perdonada por solo una mentira piadosa, recorrimos su pequeño casco histórico centrado en la Plaza Mayor, y sus monumentos históricos como el Palacio Peredo Barreda, Las Casa del Aguila y a Parra, el Ayuntamiento y la Torre de Don Borja, torre fundacional de la villa.

Para desmentir que no es “Santa”, basta con ver la Colegiata de Santa Juliana, dedicada a la mártir Juliana de Nicomedia y que da nombre a la villa (Santa Juliana= Santillana)


Después de un par de horas de caminata por sus callecitas de ensueño y de comprar unas “quesadas”, postre típico de Cantabria realizado a base a cuajo de leche, mantequilla y azúcar, recorrimos un par de kilómetros más en auto para llegar al Museo de Altamira, donde se encuentran las famosas Cuevas (o mejor dicho Neo-cuevas).



Si bien las Cuevas de Altamira accesibles al público se tratan de un réplica exacta de las originales, la controversial historia de las mismas es apasionante y marcaron un hito tanto histórico como antropológico en la teoría evolutiva del hombre.

Más allá de las explicaciones del guía, recomiendo si van a visitarlas alguna vez, ver de antemano la película “Altamira” con Antonio Banderas representando a Marcelino Sanz de Sautuola, quien fuera el investigador encargado del estudio de sus pinturas rupestres. No por nada se la llama la “Capilla Sixtina” del Arte rupestre.



Por último, nos dispusimos a desmentir la tercer mentira acercándonos a la playa de Santa Justa, a unos 9 kilómetros de la villa, donde aprovechamos para hacer un alto y almorzar unos exquisitos pinchos de tortilla.



Sobre los acantilados pueden divisarse las ruinas de la Ermita de Santa Justa, la cual da nombre a la playa.


Regresamos temprano a Santander y aprovechamos para ir nuevamente al Faro de Cabo Mayor, esta vez para hacer una caminata costera. Se trata de un sendero corto desde la playa de Mataleñas hasta la playa de Monilucos, sobre una pasarela al borde del acantilado. También puede continuarse el camino y bordear toda la playa del Sardinero con unas hermosas vistas de la ensenada.


Me hubiera gustado tener más tiempo en Santander para disfrutar de una día en sus playas y recorrer un poco más la ciudad, esta sería nuestra última noche, ya que al día siguiente nos trasladaríamos hacia el Principado de Asturias, y la aventura continúa!!!!!




Les dejo el video para que disfruten del paseo con nosotros:





domingo, 19 de marzo de 2023

España Norte: Dia 10: Seguimos paseando por Santander y alrededores

Es nuestro décimo día paseando por España y ya parece que hiciera un mes que estamos acá!!! Es que hemos visto tanto, caminado tanto y recorrido tanto en auto, que ya se nos mezclan los pueblos, las ciudades, los gentilicios y las comidas!

Qué país tan rico y variado!!! Ya me tocará en otro viaje recorrer el Sur, que sigue siendo por el momento materia pendiente…

Pero vamos a nuestro paseo de hoy: comenzamos dirigiéndonos a las “Cuevas del Soplao” a tan sólo una hora de Santander en auto.

Esta maravilla geológica es única en el mundo! Formada por estalactitas y estalagmitas de las más diversas formas y colores, no sólo impresiona la cantidad de formaciones sino la calidad de las mismas, originadas en el período Cretácico y cuyas rocas datan de hasta 240 millones de años.

El nombre de “El Soplao” proviene de las corrientes de aire que se formaban en esta cavidad minera que posee una longitud de 20 kilómetros, de los que sólo 4 están abiertos al público.

La entrada sale unos 14 euros y puede obtenerse en su sitio web. Nosotros chequeamos la disponibilidad con una par de días de antelación y viendo que había muchas entradas disponibles para el día de nuestra visita y en varios horarios, nos decidimos por sacarlas directamente en la taquilla sin ningún problema. Claro que tal vez esto dependa de las fechas y temporadas, por lo que es conveniente verificarlo.

En la cueva está prohibido tomar fotos y videos pero alguien a quien no voy a desenmascarar “robó” una foto que les dejo a continuación


Después de esta visita fuera de lo común y que realmente nos sorprendió gratamente, teníamos pensado visitar 2 pueblos: Comillas y San Vicente de la Barquera, pero habíamos quedado en encontrarnos con un conocido y viendo el horario nos decantamos por abandonar la visita de Comillas e ir directamente a San Vicente.

El día estuvo nublado y tal vez las fotos no le hagan justicia, pero me pareció otro pueblo de lo más bonito con sus techos de tejas rojas haciendo contraste con las verdes praderas tan características de esta zona!



Llegamos un poco tarde, para enterarnos que las atracciones históricas cierran a las 14 hs, por lo que sólo las visitamos por fuera.

Entramos al pueblo por el Puente de la Barquera y nos dirigimos a su casco histórico donde destacan el Castillo del Rey, la Parroquia y la Torre del Preboste.



También paseamos por sus callecitas y miradores, obteniendo una fantástica vista del Puente de la Maza, puente del siglo XV de más de medio kilómetro de longitud, formado por 28 “ojos”


Antes de abandonar el pueblo, nos detuvimos en el Santuario de la Virgen de la Barquera, patrona de la villa, a quien los barcos saludan con sus sirenas pidiendo protección.


La última parada fue el faro Punta de la Silla, lugar privilegiado a orillas del mar Cantábrico, desde donde puede divisarse el esplendor de sus playas y acantilados, y como siempre sus habitantes las gaviotas!



Ya retornados a Santander, a eso de las 6 de la tarde, continuamos paseando y conociendo la ciudad. Esta vez fuimos en auto hasta el Faro de Cabo Mayor, aunque nuestra idea era conocer el Palacio de la Magdalena, pero la gran cantidad de coches hizo que no pudiéramos llegar ni conseguir lugar para estacionarnos, por lo que esta visita lamentablemente quedó fuera de nuestro itinerario.

Desde el Faro se obtienen unas hermosas vistas de la Ensenada de Mataleñas. Al día siguiente volveríamos a este mágico lugar para hacer una caminata por su sendero costero… pero eso quedará para el siguiente post.



Nos despedimos de este maravilloso día con una caminata nocturna y la subida a la pasarela sobre el agua del Centro Botín.



Todo el recorrido del día 10 en este video:




domingo, 5 de marzo de 2023

España Norte: Dia 9: Cantabria

 

En nuestro día número 9 abandonamos la región del País Vasco para poner rumbo hacia Cantabria, más específicamente a su capital Santander.

En el camino, a escasos 30 minutos de Bilbao, hicimos un alto para conocer el pueblo de Castro Urdiales, catalogado como uno de los pueblos más bonitos de España (y vaya que tiene merecido el título)

Ahora no recuerdo bien si dejamos el auto en algún parking público, pero sí sabíamos que había lugares disponibles en las llamadas Zonas Azules, donde se abona algo de 2 euros por un lapso de 2 horas.

El casco viejo de Castro (como le llaman los lugareños) es pequeño y se recorre rápidamente a pie.

En el mismo predio encontramos 3 edificaciones de gran relevancia histórica: la Iglesia de Santa María de la Asunción, El Castillo de Castro y las ruinas de la Iglesia de San Pedro.


La primera de ellas es conocida localmente como la “Catedral de Santa María” aunque no lo sea, de arquitectura gótica con un hermoso pórtico de estilo normando. Data de principios del siglo VIII y es una verdadera obra de arte, aunque estaba cerrada y no pudimos verla por dentro.

El Castillo, una fortaleza de piedra que se nota ha sido un punto de defensa y vigilancia estratégico para la villa y que además posee un bonito faro.

Y las ruinas, el vestigio de otra iglesia del siglo VII de la cual han quedado solo algunas piedras y arcadas.

Todo el conjunto está en altura y posee unas increíbles vistas hacia el mar, el puerto y todo el pueblo de Castro. Una parada imperdible!



Después de este hermoso paseo, pusimos rumbo a Santander, con la idea de conocer en el camino la famosa Playa de la Arnia y detenernos a almorzar y disfrutar un poco del sol.

La playa queda a unos 80 kilómetros de Castro y a tan solo 10 kms de Santander, por lo que también era una buena forma de esperar el horario de nuestro check in.

Al ser temporada media/baja había muy poca gente, lo que nos permitió disfrutar del paisaje en un silencio que sólo era interrumpido por el sonido del mar. Un entorno rocoso con rocas de 90 millones de años de antigüedad le dan a esta playa un marco paradisíaco y particular, y sino no hay más que ver las fotos.




Foto de Marcelo Cuenya

Sin ganas de abandonar la Arnia, juntamos nuestras mochilas y nuestros residuos (siempre llevalos con vos) y regresamos al auto para llegar a nuestro alojamiento, un hermoso departamento de 2 dormitorios rentado por AirBnb cuyos dueños fueron muy buenos anfitriones, y muy cerca del centro para poder recorrerlo caminando.

Después de ubicarnos aprovechamos las últimas horas de la tarde para salir a caminar por Santander y pasear por sus plazas y su costanera.



Caminamos por la plaza Pombo, la Plaza Porticada (donde se encuentra la Caja de Ahorros de Santander y Cantabria), y la Plaza del Cuadro, para finalizar en la Plaza del Ayuntamiento.



También caminamos por el paseo costero, con su rambla repleta de bares y restaurantes, con mucha movida nocturna, el hermoso puerto de embarcaciones y su característico monumento a Los Raqueros, esos niños de clase baja que se tiraban al agua para juntar las monedas que arrojaba la gente adinerada a finales del siglo XIX.




Al llegar al Ayuntamiento de Santander nos encontramos con una pacífica marcha por el “NO A LA GUERRA”, vecinos que se congregan cada Viernes por la tarde para pedir por la paz y el fin de los conflictos bélicos armados. Nos plegamos a su lucha en estos momentos tan duros para Europa en general y para Ucrania en particular, con la esperanza de que cada día tengamos un mundo mejor… lo lograremos?


Mira el video con el recorrido del día 9 aquí: