El primer lugar del que me gustaría hablar es donde vivo:
Viedma, capital de la provincia de Río Negro.
Ya les conté que nací y me crié en un pequeño pueblo de
Provincia de Buenos Aires, llamado Coronel Brandsen. Su cercanía con ciudades
como La Plata y Buenos Aires, hacen que todo esté al alcance de la mano, y a
pesar de ser pueblo, se pueda disfrutar de las cosas que se encuentran en una
gran ciudad, como los shoppings, salas de cine, teatros, parques o museos…
Así que mi vida siempre estuvo fragmentada entre ser un poco
pueblerina, pero también un poco (bastante) citadina.
Cuando conocí el sur me golpeó la inmensidad… la cantidad de
kilómetros que uno puede recorrer sin ver un alma, la profundidad de una noche
en el mar surcada por la vía láctea, el silencio que se dobla ante el soplido
del viento o el cantar de un pájaro. Fue amor a primera vista, sí, y en mi
cabeza soñadora juré vivir así, pero siempre y cuando hubiera un poco de
ciudad… por eso pensaba en Madryn o Trelew… pero el destino quiso que fuera
Viedma y no se equivocó!
(Plazoleta del Fundador - Viedma - Foto:www.adnrionegro.com.ar)
A pesar de ser capital de provincia, es una ciudad
relativamente pequeña, con todo el movimiento que la administración pública le
inyecta, pero donde casi todos nos conocemos mínimamente “de nombre”.
Ciudad a orillas de un ancho río, el Rio Negro o Currú
Leuvú, que nace de la confluencia de los Ríos Limay y Neuquén y desemboca
apenas a 30 kms en el mar del Balneario el Cóndor. Es el curso de agua más
importante de la provincia, y también de la Patagonia en cuanto a su caudal.
El río marca el límite con Buenos Aires, por lo que cruzando
un puente ya cambiamos de provincia y nos adentramos en nuestra ciudad hermana
de Carmen de Patagones. A Viedma y Patagones juntas les llamamos “La Comarca”,
porque a pesar de ser diferentes provincias, casi que nos manejamos por las dos
ciudades como si fueran una.
Como toda ciudad, si venís no podés dejar de visitar su
Catedral Nuestra Señora de la Merced, el Museo Tecnológico del Agua y del Suelo
o el Museo Salesiano.
Pero lo más lindo para hacer en Viedma es recorrer sus
escenarios naturales.
(Costanera de Viedma - Foto: www.viedma.gov.ar)
La Costanera del río se lleva el premio mayor: hacer una
caminata puente-a-puente a la noche no tiene precio, admirando las luces en lo
alto de la ribera maragata y el puente ferro carretero iluminado. Además sus
restaurantes y cervecerías te llamarán a cada paso para probar la gastronomía
local y una gran variedad de cervezas artesanales, comer en sus carritos o
tomarte un helado sentado en la fuente Pucará.
(Puente Ferro carretero - Viedma - Foto: www.adnrionegro.com.ar)
De día tiene otro encanto… el aire del río, el verde del
parque y los sauces, los colores del Barco Hundido, el encanto del muelle de
lanchas… y hasta podés hacer un paseo en el Catamarán Currú Leuvú que te
llevará a recorrer las islas.
(Barco Hundido - Viedma - Foto: www.viedma24horas.com.ar)
Ya tomando el camino hacia la costa, tenemos el mar a tan
solo 30 kms. en Balneario El Cóndor, lugar elegido por muchos turistas para
pasar sus vacaciones estivales y por supuesto más por los viedmenses que tienen
allí sus casas de veraneo. Pero no se termina acá… desde El Cóndor hasta el
Puerto de San Antonio existe un camino “paralelo” a la Ruta 3 que viaja a la
vera del mar, por una ruta de pronunciados acantilados y paisajes impactantes!
El llamado CAMINO DE LA COSTA es una aventura para hacer en varios días, con
carpa, tráiler, casilla o motorhome, pernoctando a orillas del mar y siendo uno
con esta naturaleza árida y salvaje que envuelve el alma y nos regala postales
increíbles para nuestras cámaras fotográficas o para guardar en nuestra
memoria.
Pero ese será tema de otro post…