En nuestro día número 9 abandonamos la región del País Vasco para poner
rumbo hacia Cantabria, más específicamente a su capital Santander.
En el camino, a escasos 30 minutos de Bilbao, hicimos un alto para
conocer el pueblo de Castro Urdiales, catalogado como uno de los pueblos más
bonitos de España (y vaya que tiene merecido el título)
Ahora no recuerdo bien si dejamos el auto en algún parking público, pero
sí sabíamos que había lugares disponibles en las llamadas Zonas Azules, donde
se abona algo de 2 euros por un lapso de 2 horas.
El casco viejo de Castro (como le llaman los lugareños) es pequeño y se
recorre rápidamente a pie.
En el mismo predio encontramos 3 edificaciones de gran relevancia histórica:
la Iglesia de Santa María de la Asunción, El Castillo de Castro y las ruinas de
la Iglesia de San Pedro.
El Castillo, una fortaleza de piedra que se nota ha sido un punto de
defensa y vigilancia estratégico para la villa y que además posee un bonito faro.
Y las ruinas, el vestigio de otra iglesia del siglo VII de la cual han
quedado solo algunas piedras y arcadas.
Todo el conjunto está en altura y posee unas increíbles vistas hacia el
mar, el puerto y todo el pueblo de Castro. Una parada imperdible!
Después de este hermoso paseo, pusimos rumbo a Santander, con la idea de
conocer en el camino la famosa Playa de la Arnia y detenernos a almorzar y
disfrutar un poco del sol.
La playa queda a unos 80 kilómetros de Castro y a tan solo 10 kms de
Santander, por lo que también era una buena forma de esperar el horario de
nuestro check in.
Al ser temporada media/baja había muy poca gente, lo que nos permitió
disfrutar del paisaje en un silencio que sólo era interrumpido por el sonido
del mar. Un entorno rocoso con rocas de 90 millones de años de antigüedad le
dan a esta playa un marco paradisíaco y particular, y sino no hay más que ver
las fotos.
Foto de Marcelo Cuenya |
Sin ganas de abandonar la Arnia, juntamos nuestras mochilas y nuestros
residuos (siempre llevalos con vos) y regresamos al auto para llegar a nuestro
alojamiento, un hermoso departamento de 2 dormitorios rentado por AirBnb cuyos
dueños fueron muy buenos anfitriones, y muy cerca del centro para poder recorrerlo
caminando.
Después de ubicarnos aprovechamos las últimas horas de la tarde para
salir a caminar por Santander y pasear por sus plazas y su costanera.
Caminamos por la plaza Pombo, la Plaza Porticada (donde se encuentra la
Caja de Ahorros de Santander y Cantabria), y la Plaza del Cuadro, para finalizar
en la Plaza del Ayuntamiento.
También caminamos por el paseo costero, con su rambla repleta de bares y
restaurantes, con mucha movida nocturna, el hermoso puerto de embarcaciones y
su característico monumento a Los Raqueros, esos niños de clase baja que se tiraban
al agua para juntar las monedas que arrojaba la gente adinerada a finales del
siglo XIX.
Al llegar al Ayuntamiento de Santander nos encontramos con una pacífica
marcha por el “NO A LA GUERRA”, vecinos que se congregan cada Viernes por la
tarde para pedir por la paz y el fin de los conflictos bélicos armados. Nos
plegamos a su lucha en estos momentos tan duros para Europa en general y para
Ucrania en particular, con la esperanza de que cada día tengamos un mundo mejor…
lo lograremos?
Mira el video con el recorrido del día 9 aquí:
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