domingo, 12 de mayo de 2024

Chile e Isla de Pascua: Dia 5: Al fin Isla de Pascua !!! Nuestra llegada a Rapa Nui

Y por fin llegó el día esperado!!!! Aunque el despertador sonó a las 4.30 de la mañana y tuvimos que levantarnos a hacer nuestras valijas y poner rumbo al aeropuerto, estábamos muy entusiasmados al sentir que la frutilla del postre ya estaba por llegar!!!

Salimos a las 9 de la mañana del aeropuerto de Santiago de Chile en un vuelo de LATAM (el único que comunica el continente con la Isla) y a las 13 hs (hora Rapa Nui) aterrizábamos en el Aeropuerto Mataveri, con una emoción que ya nos había embargado desde el aire cuando vimos que nos acercábamos a tierra.

Llegando a la Isla de Pascua por LATAM

Y es que hay que decir que Rapa Nui o Isla de Pascua, es una isla remotamente ubicada en la polinesia, a unos 3800 kilómetros del continente, a la que se llega tras un vuelo de entre 4 y 5 horas de duración. De hecho su aeropuerto se localiza a más de 2500 kms. de distancia de cualquier otro aeropuerto del mundo, así que me imagino a los primeros pobladores de la isla llegando en sus barquitos quien sabe desde dónde y gritando TIERRA!!! TIERRA!!! Cual Rodrigo de Triana en la carabela de Colón… de hecho yo estuve tentada de hacerlo en el avión! Jaja

Al llegar fuimos recibidos con el típico “Karone Tiare” collar de flores que es parte de la bienvenida tradicional en las islas polinesias.



Después del check in en Cabañas Aorangi y un almuerzo, siendo ya las 5 de la tarde, iniciamos nuestro primer paseo a pie por Hanga Roa, la única ciudad y capital de la Isla, ansiosos de encontrarnos con los “moai”, verdaderos protagonistas y principal atracción del lugar.

Aunque debo decir que al llegar a la avenida costera, la vista del mar, el verde, las palmeras y las pequeñas embarcaciones de colores, ya nos hicieron sentir que verdaderamente estábamos en el paraíso!

Hanga Roa

Nuestro primer encuentro fue con los moai ubicados en Ahu Tautira y Ahu Hotake, los más cercanos al centro del pueblo. Tautira es un moahi bastante desgastado que apenas conserva su forma, siendo Hotake el de mejor estado de los dos.

Ahu Hotake

Loa Ahu son las plataformas sobre las que se posan los ”moai”, estatuas representativas de algún miembro poderoso o distinguido de la tribu, que según la creencia albergan el espíritu o maná del ancestro. Son lugares sagrados, mayormente ubicados cerca de la costa del mar, pero los moai siempre miran hacia el interior del pueblo, ya que su misión es la de proteger a sus habitantes.


El sitio se encuentra en la Caleta Hanga Roa Otai, uno de los puertos pesqueros de la ciudad. “Hanga” significa Bahia y Hanga Roa es la Grab Bahís, pero existen 5 pequeños puertos a lo largo de la isla desde donde los pescadores se adentran en el mar.

Caleta Hanga Roa Otai

En Hanga Roa Otai, además de un muelle con bonitos restaurantes, se pueden observar tortugas marinas que se acercan a comer.

Turtugas Marinas en Hanga Roa Otai

Poco después de la Caleta comienza Hanga Vare Vare, un amplio espacio verde que se utiliza como escenario del Festival Tapati Rapa Nui, llevado a cabo cada año en la primer quincena de Febrero.

Hanga Vare Vare

Algo que nos llamó mucho la atención en la Isla (y que nos informaron apenas llegamos) es la cantidad de perros y caballos sueltos que la habitan… aunque también vimos muchas vacas en los caminos hacia los sitios arqueológicos.

Caballos en Hanga Vare Vare

En esta área vimos varias estatuas de piedra y tallados, entre los cuales destaca el “Moai de la Paz” construido en 1992 con roca basáltica extraída del volcán, que viajó por varios países hasta regresar a la Isla para la Celebración del eclipse solar de 2010.

Moai de la Paz

También acá se encuentra la piscina natural llamada Poko Poko, una de las “playas” que utilizan los lugareños para refrescarse, protegida del oleaje del Pacífico por una muralla de piedras.

Playa Poko Poko

Finalmente llegamos a Tahai, uno de los pocos sitios arqueológicos que pueden visitarse por libre, ya que a partir de la pandemia es obligatorio no sólo adquirir el ticket de acceso al Parque Nacional Rapa Nui, que cuesta unos 80 dólares por persona, sino ser acompañado por un guía local certificado o un originario Rapa Nui.

Tahai es uno de los asentamientos más antiguos de la Isla. Sus restos más tempranos se remontan al año 700 d.C. También es el más grande y mejor restaurado de los cercanos a Hanga Roa. Aquí también se encuentra la tumba de William Mulloy, antropólogo estadounidense que se dedicó a la investigación de la cultura Rapa Nui, llegado a la isla en la expedición Noruega Kon-Tiki, de la cual recomiendo ver la película de su mismo nombre.

El primer Ahu es Vai Huri, la plataforma con la mayor cantidad de moai. Unos 5 restaurados que datan del año 1200, algunos más desgastados que otros, y un sexto faltante sobre el lado izquierdo que reposa a unos metros del Ahu sobre el suelo.

Ahu Vai Huri en Tahai

El segundo es Ahu Tahai, el moai solitario de 4.5 metros de altura, robusto y de cuello grueso que da nombre al lugar por tratarse de la plataforma más antigua de todas.

Ahu Tahai



El último es Ahu Ko Te Riku, o el “moai con ojos”, es el único al que se le han restaurado sus ojos de coral blanco y obsidiana que se cree eran parte de casi todos los moai. Este además posee “pukao” un sombrero de escoria roja volcánica que se colocaba al parecer a los más distinguidos o importantes.

Ahu Ko Te Riku

Después de este paso de poco más de 4 kilómetros desde nuestra cabaña, decidimos ir hacia el otro extremo de la isla para conocer otra de sus caletas, pero en el camino se desató una auténtica tormenta tropical que nos hizo guarecernos hasta que parara un poco.

Empapados y cansados, decidimos que lo mejor sería regresar al alojamiento, ducharnos, quitarnos la humedad y salir a buscar algún lugar para comer.

Cansados... hasta mañana...

Así lo hicimos en uno de sus numerosos bar-restó de la avenida costanera Policarpo Toro. Esa noche cenamos temprano y nos fuimos a dormir. Al día siguiente comenzarían las excursiones por esta isla que nos cautivó de principio a fin, no sólo con sus paisajes, sino también con su gente y su historia.

Aquí el video (tormenta incluida) de nuestro primer día en Isla de Pascua.




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