sábado, 23 de julio de 2022

España Norte: Dia 4: Barrios de Madrid (Primera Parte)

Hoy arranca mi cuarto día en Madrid, pero esta vez acompañada! Anoche nos encontramos con Araseli y Marcelo a mi regreso de Toledo para cenar juntos y a partir de ahora compartiremos todo el itinerario hasta mi partida, ya que ellos se quedarán una semana más en Europa, visitando Portugal.

Y como no podría ser de otra manera, toca salir a caminar!!!!

La mañana empezó con unos mates en la Plaza de Santa Ana, como punto de partida del recorrido por el llamado Barrio de las Letras, el barrio que fue hogar de grandes escritores del siglo XVII, también llamado Siglo de Oro español.

Ara y Marce, mis compas de viaje

Era temprano, los barcitos de la plaza recién empezaban a desplegar sus sombrillas y el día estaba soleado como todos los días que estuvimos en Madrid, temperaturas casi de verano!

Enmarcando la plaza dos imponentes edificios: el Teatro Español y el Hotel Reina Victoria, y observándolos, las esculturas de Pedro Calderón de la Barca y Federico García Lorca.


Durante los siglos XIX y XX el Teatro Español fue la sede de muchos estrenos de autores españoles como Jacinto Benavente, Antonio y Manuel Machado, Federico García Lorca y Miguel de Unamuno, entre otros. Mientras que en su vereda opuesta, el actual Hotel Reina Victoria albergaba a los grandes Almacenes Simeón.

Terminados los mates mañaneros, ahora sí a caminar por la Calle de las Huertas. Su nombre se debe a que literalmente existían huertas en esta zona de la ciudad.

En Huertas vivieron importantes figuras literarias como Miguel de Cervantes y Lope de Vega. En el suelo de Huertas hay grabadas citas de autores célebres, las calles reciben sus nombres y abundan las librerías de segunda mano.




Nos detenemos e ingresamos en la hermosa Basílica de Jesús de Medinaceli, una de las cinco basílicas que existen en Madrid, actualmente regida por una comunidad de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos.


Justo se está oficiando la misa y no queremos interrumpir mucho con nuestras fotografías, así que  seguimos caminando hasta encontrarnos con la casa museo Lope de Vega, en el número 11 de la Calle de Cervantes, donde el escritor vivió hasta su muerte en 1935.



Al cumplirse 300 años de la muerte de Lope de Vega, el edificio fue declarado monumento y convertido en Museo. La entrada es gratuita y hay visitas guiadas cada media hora, pero sólo accedimos a su patio, donde se estaba llevando a cabo una representación teatral de época.

Muy cerca de allí, la Plaza de las Cortes, una pequeña plaza en forma de triángulo donde destaca la Estatua de Miguel de Cervantes y enfrente el Congreso de los Diputados, sede del parlamento o legislatura de España.

Curiosamente (y sin saberlo) mi último día en Madrid me alojaría en una Pensión a pocos pasos de esta plaza, sobre la calle Carrera de San Jerónimo, y volvería a pasar por el Congreso capturando unas hermosas fotos al anochecer que pongo ahora para ver la diferencia de luces.



Foto de mi última noche en Madrid

Nuestra caminata matutina finalizó visitando la Fuente de Neptuno, en la Plaza de Cánovas del Castillo, una de las varias fuentes que tiene la ciudad inspirada en la mitología greco-romana.

Fuente de Neptuno

Y en esa misma plaza fue que nos divertimos un poco también!

y Olé!

Aquí nuestros caminos se separarían brevemente, porque yo quería entrar al Museo del Prado y mis amigos ya lo conocían de un viaje previo, así que aproveché también para ingresar al Real Jardín Botánico y pasear por sus verdes senderos antes de ingresar a la impresionante e imposible de olvidar visita del Museo.

Real Jardín Botánico

Antes que nada, les cuento que este día era mi cumpleaños y no pudo haber habido mejor regalo que esta visita. Yo llevaba anotadas las obras de mi interés, porque sabía que el Museo es muy, muy grande y no quería perderme el día entero allí dentro, y también llevaba anotadas (y en orden por supuesto) los números de las salas donde encontrar cada cuadro de mi lista.

Este orden previo junto con un mapa del museo, fue primordial para que la visita se pudiera hacer en casi dos horas y dedicar a cada obra su tiempo de admiración.

Creo que mis alas favoritas fueron sin dudas las de Goya y Velázquez, pero también debo decir que algunas obras de Rafael, Tiziano, El Greco, Rubens y el Bosco entre otras, me maravillaron igualmente!

Aclaro que no soy conocedora del arte, sino una simple mortal en este aspecto, pero no podía creer los detalles no sólo de las facciones, expresiones o músculos del cuerpo humano o de sus caballos, sino de las vestimentas de la época: los encajes, los cuellos con volados o camisas con jabot, los estampados y brocatos, pareciera que si uno los tocara se encontraría con la tela misma, hasta en algunos casos juro que se ve el movimiento! O ya a esa altura estaba tan maravillada que alucinaba jajaja.

También hay que decir que cada cuadro es una escena en sí misma, donde uno puede pasar horas mirando a cada uno de sus personajes (que en muchos de ellos son varios y variados) y adivinando por su expresión lo que pensaba o sentía en ese momento. Es como un viaje en el tiempo, y es increíble saber que estas obras maravillosas fueron creadas varios siglos atrás.

Foto de https://www.esmadrid.com/informacion-turistica/museo-del-prado

Si no hay fotos ni videos, es porque está prohibido ingresar con cámaras al museo. Y aunque las hubiera, no se asemeja en nada a la emoción de estar allí viviéndolas en vivo y en directo. Así que mi recomendación es que no dejen de entrar a este maravilloso Museo que alberga la colección de pintura española más completa del mundo!

Feliz y con el alma llena, salí a reencontrarme con mis amigos para ir a almorzar. Hicimos una parada en 100 Montaditos, cadena típica de Madrid donde hoy por ser Domingo todo estaba a 1 euro!!! Así fue que en una mesita con sombrilla, saciamos nuestra hambre con montaditos de jamón ibérico, atún, pollo y salchichas, con unas buenas papas fritas y por supuesto unas cervecitas bien frías (me hice fan de la San Miguel, yo que no tomo cerveza…)


Primero alimenté el alma y luego mi pancita y ahora sí listos para seguir la caminata rumbo al Barrio de Chueca, a unas 10 cuadras de donde estábamos.

En el camino se divisaba el Edificio Metrópolis, con su cúpula de pizarra, sus dorados ornamentos y la Victoria Alada coronando la torre. Lástima que su fachada está casi en su totalidad cubierta por refacciones.


Una vez en Chueca, solamente andar por las calles de este barrio bohemio, colorido y multicultural que a finales del siglo XX se convirtió en un referente de la comunidad homosexual de Madrid.

Banderas y símbolos LGBT+ adornan las fachadas de casas y balcones, y sus negocios o bares tienen nombres sugerentes como “Macho” o “Why not?”. Ni qué decir de sus “pollofres” y “coñofres”, estos pasteles con formas de genitales que hacen furor entre los turistas.




Ibamos a continuar por el barrio de Malasaña, pero lo dejaremos para otro día porque algunas compritas y una entrada al Decathlon nos han dejado sin tiempo… además queremos descansar un poco y ducharnos para nuestra salida nocturna! Hoy nos toca el Free Tour de la mano de Civitatis y cómo no mi CENA DE CUMPLEAÑOS joder!!!!

Así que saltaré directamente al tour nocturno, que comenzó reuniéndonos a las 21 hs. en la Plaza de Oriente, junto a la estatua ecuestre de Felipe IV, para llevarnos de la mano de nuestra excepcional guía Paula por un recorrido a pie de aproximadamente 2 hora de duración real, pero muchos años de duración histórica!

Qué lindo es recorrer la historia de los lugares, sobre todo si te lo cuenta alguien que sabe mucho, como fue el caso, y amenizando con chistes y anécdotas, algunas graciosas, otras truculentas...

Desde el mirador de la cornisa vimos caer el sol sobre la Catedral de la Almudena, la que visitaríamos al día siguiente, y seguimos recorriendo el Madrid de las Austrias, pasando por su emblemática Plaza Mayor.




Por supuesto volvimos a pasar por Puerta del Sol (a estas alturas ya como nuestra casa) y a repetir el recorrido del día 1 hasta el Palacio de Cibeles, pero con menos luz y más historia! En lo particular, me gusta recorrer los mismos lugares de día y de noche, porque me parecen dos paisajes totalmente diferentes.


No voy a contar nada del tour para que lo hagan! Los tours por propina son un “must” en los viajes, económicos y super enriquecedores, creo que todos deberíamos hacer al menos uno en cada ciudad que visitamos.

Lo único que contaré es que Paula nos sugirió algunos restaurantes de la Plaza Mayor para comer la famosa bocata de calamares, pero a nuestra llegada ya estaban cerrando, así que terminamos cenando en el único lugar donde nos aceptaron, un hermoso bodegón llamado Restaurante Botin donde pedimos rabas, croquetas y tortilla para seguir comiendo a la española!


Para coronar la noche, mis amigos pidieron al pianista del lugar que me cantara el Feliz Cumpleaños, así que tuve un festejo de lo más completo (y por supuesto me invitaron la cena... GRACIASSSSSSS!!!!!!!!!!)


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