Después del traslado y el check in en el STANLEY HOTEL que sería nuestro alojamiento por 2 noches, sin tiempo que perder consultamos al Conserje qué podíamos hacer en esa primer tarde libre por Atenas y amablemente nos obsequió un folleto con posibilidades de varios Walking Tours.
Un poco por la hora, un poco por la distancia, nos dispusimos a hacer el típico paseo por el centro, pasando por la Biblioteca Nacional, la Academia de Bellas Artes, el Monumento al Soldado Caído en el Parlamento de Atenas, Monastiraki y el barrio de Plaka donde a la noche volvimos a cenar.
Sin saberlo, al día siguiente el City Tour pasaría por casi los mismos lugares, pero agradecimos haberlos caminado a nuestro aire, porque los tours suelen dejar muy poco tiempo para verlo todo… así que este segundo día nos dedicamos de lleno a la fantástica Acrópolis y la ansiada visita al Partenón!
Yo me perdí bastante de la historia que relataba la guía, un poco porque era portuguesa y su español no se comprendía bien, otro poco porque quería caminar y ver y respirar y sentir esos lugares… el templo de Atenea Niké, el Erecteion con sus Cariátides, el Agora, el Teatro de Dioniso… estas joyas arquitectónicas que empezaron a construirse alrededor de 500 años a.C. fueron destruidas, restauradas y reconstruidas a lo largo de cientos de años posteriores. De allí que al Partenón que hoy podemos ver le falte completamente el techo, destruido durante el asedio de los Venecianos en 1687.
Por eso se habla de diferentes períodos arquitectónicos como la Acrópolis Micénica, la Arcaica, la clásica… y por eso también la falta de algunos elementos o partes edilicias como columnas, que han tenido que ser reemplazadas, ya sea por destrucciones o por robos. Muchas de las esculturas faltantes se encuentran en el Museo de la Acrópolis, otras tantas en el Museo Británico de Londres y algunas más en Museos de Roma, Venecia y Copenhague.
Después de unas 3 horas (o tal vez más?) disfrutando de tanta historia el tour se encaminaba a dar un paseo por Plaka. Como ya lo habíamos hecho el día anterior, decidimos quedarnos en la zona para ir a visitar el Nuevo Museo de la Acrópolis donde seguramente habremos estado unas 2 horas más… hay tanto para ver que parece que nunca nos va alcanzar el tiempo, pero también los pies se cansan y el estómago pide su alimento, así que tuvimos que cambiar nuestra lección de historia por una de gastronomía.
Al día siguiente empezaba nuestro road trip por las 3 islas que más ganas teníamos de conocer: Mykonos, Santorini y Creta. Las dos primeras deben estar obligatoriamente si es tu primer viaje a Grecia!!! De allí en más, el archipiélago tiene unas 200 islas habitadas para elegir, siendo las más populares las Cícladas y otras como Rodas, Corfú o Paxos.
Creta es una Isla muy grande y hubiera requerido más días para recorrerla en su totalidad, ya que está dividida en 4 zonas.
MYKONOS
Por la mañana nos trasladamos al puerto del Pireo para tomar el Ferry a Mykonos. Son unas 3 horas y media en el de alta velocidad, y poco más de 5 para los convencionales.
Al llegar nos esperaba nuestro receptor para trasladarnos al Zephyros Hotel en la Playa de Paraga, que es una playa bastante tranquila dentro de la Isla. Las playas con más movida, sobre todo para los jóvenes, son Paradise y Super Paradises, donde retumba la música todo el día y la noche y atrae a famosos DJ del mundo.
Ya acercándonos a la isla empezamos a vislumbrar las características casitas blancas, de bordes redondeados y ventanas azules que no nos cansaríamos de mirar en los días venideros.
Paraga es un buen punto de partida, ya que en la playa se puede tomar el taxi bote para conocer otras playas y además tiene una parada de buses para ir al centro cómodamente.
El 3er. día alquilamos un pequeño Renault Twingo y salimos a recorrer otras playas como Panormos, Lía y Kalafati.
SANTORINI
A Santorini le dedicamos 4 días en lugar de 3 porque todo el mundo nos había dicho que es la isla más hermosa de todas. Y si bien no conozco todas ni mucho menos, no dudo que esté entre las más bellas.
Nuevamente 3 horas de Ferry para llegar a la isla y alojarnos en el Golden Star, muy bien ubicado cerca del centro de Fira y una buena relación precio-calidad. En este punto quiero hacer un alto para destacar que el Zephyros Hotel (el de Mykonos) no sólo es encantador, sino que sus dueños y toda la gente del hotel nos hicieron sentir como parte de la familia. Hasta una noche que festejaban un cumpleaños nos invitaron con torta y champagne para brindar!
Y ahí nomás dejamos las valijas y salimos a caminar, subir y bajar sus cientos de escalones a la vera del acantilado, con unas vistas alucinantes! Topándonos con los burros y las mulas que caminan las callecitas al lado de los peatones al grito de “iala iala”.
Santorini nos recibió nublado, pero no por eso dejamos de admirarla, es imposible hacer dos pasos y no detenerse a sacar una foto. En esta geografía producto de una erupción volcánica, su paisaje accidentado y sus casas al borde del acantilado dan una sensación de estar flotando sobre ese mar que duerme sobre el cráter del volcán. Imposible no sentarse a tomar una copa en esas mesitas que dan al cielo o no comer una mousaka al ritmo de la música griega!
El segundo día también alquilamos un auto para recorrer la isla. Tanto Mykonos como Santorini son islas muy pequeñas que se recorren fácilmente en un día.
Así llegamos a la playa de arena negra de Perissa, al hermoso Pueblito de Pyrgos, a la playa Roja, a las ruinas de Akrotiri y a ver el atardecer en el Faro de Akrotiri para volver a Fira a cenar nuestra mousaka de rigor!
El día 3 hicimos la excursión en barco a las Islas Nea y Palea Kameni, islas volcánicas que pueden caminarse y en las cuales aún hay una pequeña actividad volcánica palpable: puede verse el humo y el azufre surgir del cráter y hasta la tierra es caliente si se toca! Esta excursión incluye un baño en aguas termales en el mar y finaliza en el pueblo de Oia para ver el atardecer que dicen es el mejor del mundo!
El día 4 visitamos el Museo Arqueologico de Thera y nos despedimos de Santorini con una sensación de plenitud por lo vivido, pero también de tristeza por tener que irnos de ese paraíso.
CRETA
Por suerte nuestro viaje aún no terminaba! Aunque no sabíamos que en Creta nos encontraríamos con una Isla tan inmensamente grande!
El viaje en ferry fue largo, casi 6 horas, porque no nos tocó el de alta velocidad. Llegamos a Heraklion, la capital de Creta, y nos alojamos en el Hotel Marina Dream, muy cerca de la Fortaleza Roca al Mar (primer paseo que hicimos caminando) y del Museo Arqueológico que nos sorprendió por su tamaño y su riqueza!
Con toda una tarde libre por delante y un hermoso día soleado, el conserje nos indicó que cerca de nuestro hotel había una estación de buses, donde podíamos tomar un transporte local para ir a alguna playa. Dejándonos aconsejar por el vendedor de boletos, fuimos a una playa cercana, apenas unos 5 kms, llamada Ammoudara, más visitada por locales que por turistas, porque había muy poca gente.
Yo iba decidida a conocer las famosa Playas de Elafonisi y Baloos Beach, pero evidentemente no investigamos previamente que ambas quedan más cercanas a la zona de La Canea, a más de 200 kms. de Heraklion, por lo que es más fácil acceder en una excursión o con auto alquilado. Pero la suerte no estuvo de nuestro lado y las excursiones a estas playas no salían hasta el día que nos tocaba volar de regreso a Buenos Aires.
Así que para el día 2, contratamos una excursión a la Isla Chryssi, también lejana, pero igual de paradisíaca!!!
Por la tardecita, al regreso de nuestro día de playa, nos topamos con un “Casamiento Griego” con todas las de la ley, donde los novios van caminando de sus casas a la iglesia, acompañados de toda su familia y amigos cantando por la calle. Fue un momento tan hermoso como emotivo!
Al día siguiente tomamos un bus para conocer las ruinas del Palacio de Knossos y su famoso Minotauro, leyenda que siempre me había fascinado desde pequeña, y que aquí cobra vida viendo el laberinto que el Rey Minos mandó a construir para encerrarlo, ya que los planos del palacio son un verdadero laberinto!!!
Mientras comíamos algo en la cafetería, antes de regresar a nuestro hotel, brindamos por nuestro último día en Grecia, agradecidas de tan fantástico viaje y pensando que ese era el inicio de muchos viajes más juntas… en ese momento se nos apareció un pavo real… ¿Tal vez el destino nos quiso decir algo?
Que bueno Ile! Muy lindas las fotos, muy interesante el relato y la descripcion del viaje. Que bellos paisajes y la posibilidad de vivenciarlo.
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